Estoy leyendo el libro poco a poco “The Daily Stoic: 366 Meditations on Wisdom, Perseverance, and the Art of Living”.
Reynols traduce las reflexiones de tres de los principales filósofos de la corriente estoica -Marco Aurelio, Epicteto y Séneca- a un lenguaje que los mortales podemos entender y las aterriza a situaciones cotidianas con las que podemos conectar.
El libro está organizado en meses del año y cada uno está dedicado a un tema en especial. Enero está dedicado a la claridad, febrero a la pasión y a las emociones, junio a la solución de problemas.
Desde la introducción aprendí que muchos tenemos una idea equivocada sobre la filosofía estoica. Con frecuencia, usamos la palabra “estoico” como sinónimo de “sin emociones” o “sin lamentos”.
Los estoicos no promovían la vida sin emociones. En realidad, explica Reynols, su filosofía es una herramienta para alcanzar la fregonería (mastery), la perseverancia y la sabiduría.
Desde su lente, la percepción de las cosas -más que las cosas en sí- es el origen de los problemas.
Los estoicos trataban de responder las mismas preguntas que tratamos de responder hoy. Una de ellas: ¿Cuál es la mejor manera de vivir? Y desde su punto de vista, una de las claves está en diferenciar lo que podemos cambiar de lo que no podemos cambiar; distinguir aquello sobre lo que tenemos influencia, de aquello sobre lo que no.
Este es un libro que puedes leer de diferentes maneras. Puedes hacerlo de principio a fin en orden, abrir una página al azar y ver qué aparece por ahí, leer la página correspondiente al día del calendario que estás viviendo. Funciona de cualquier manera.
¡Te lo recomiendo!